lunes, 4 de noviembre de 2013

El capital fluye hacia los mercados emergentes

La búsqueda de rentabilidad se ha convertido en la consigna de buena parte de los inversores internacionales, y los países emergentes, en los grandes beneficiarios. La baja rentabilidad de los activos de elevada calidad en los países desarrollados obliga a muchos inversores a ampliar su "universo de inversión", lo que les lleva a decantarse por activos menos conocidos, incluso fuera de sus fronteras. Este fenómeno empuja los flujos de capital hacia los países emergentes. Además, la cada vez mayor solidez de los fundamentos económicos de estos países actúa como factor de atracción. Asia, con China a la cabeza, lidera este proceso; a ellos contribuye la pretensión del Gobierno chino de desarrollar un mercado regional de capitales.

La renta fija pública y privada de los países emergentes ha sido y es el activo de preferencia para los inversores internacionales, debido a sus atractivos rendimientos. Recientemente, este atractivo (que debe reconocerse ha ido menguando por la notable caída de los tipos de interés) se complementa con el apetito de los inversores internacionales hacia las divisas emergentes, que muestran en su mayoría presiones alcistas. Es decir, los bonos de países emergentes denominados en divisa local se han convertido en el activo de moda.

Por su parte, la renta variable en los países emergentes ofrece un perfil muy desigual, dependiendo de otros parámetros más específicos. El principal es la evolución de los beneficios empresariales, que a su vez dependen del momento de cada país en el ciclo económico, así como de fuerzas estructurales propias. Dos ejemplos de contraste los ofrecen la bolsa de México (en máximos) y la bolsa de Brasil (sumida en la atonía).